Si India es uno de los países del mundo más contaminados, Nueva Delhi tiene el triste récord de ser la ciudad más polucionada de aquel país y, además, también del planeta. Una triste realidad que no parece poder remediarse.
Son muchos los picos de smog que copan titulares en medios de comunicación de todo el mundo, si bien el problema es permanente. Un drama ambiental y de salud pública que también padecen en distinta medida otras 13 ciudades indias, -como Kanpur, Lucknow o Bombay-, entre las 20 más contaminadas del mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Lejos de mejorar, la situación sigue empeorando. En Nueva Delhi el problema no solo es el smog tóxico sino sus insoportables niveles, que hace apenas unos días alcanzó unos niveles de auténtico espanto.
Coincidiendo con la fiesta hindú del Diwali, se observó un aumento de las partículas polucionantes presentes en el aire. En concreto, los Valores del Índice de Calidad del Aire (ICA o AQI, por su siglas en inglés) alcanzaron un 999, un número increíble si tenemos en cuenta que los valores superiores a 500, cuando esta cifra es el tope en las evaluaciones estándar.
Una polución de récord
Es decir, se duplica una cifra extrema, pues los valores de la calidad del aire que se respira están expresados en una escala de 0 a 500, de acuerdo con la Agencia Medioambiental de Estados Unidos.
En concreto, estas mediciones se refieren a las partículas PM 2,5 (están en suspensión y tienen un diámetro menor de 2,5 micras), normalmente utilizadas como indicador de la polución urbana por ser nefastas para nuestra salud debido a su pequeño tamaño. Al ser ínfimas, entran en nuestro organismo a través de las vías respiratorias, desde donde pueden pasar al sistema circulatorio y, por lo tanto, al resto del organismo a través de los pulmones.
Distintas causas
Su origen es antropogénico. Es decir, el ser humano las provoca a través de distintas actividades. Entre otras, el tráfico, sobre todo mediante emisiones de vehículos diesel, la combustión de carbón en cocinas y calefacción, pongamos por caso, o la quema de elementos sobrantes en el campo. Además, pueden tener un componente natural, pero su presencia resulta insignificante en estos casos.
Volviendo al pico de polución que ha sufrido Nueva Delhi, además de esas cifras alarmantes de promedio, en algunos puntos de la ciudad la situación era especialmente extrema, con niveles de partículas hasta 16 veces mayores que el nivel considerado seguro por el gobierno indio.
Su origen es variado. Una suma de focos que han envuelto a la ciudad en una densa nube tóxica. Por un lado, la mencionada celebración (conocida como “la navidad hindú” o “fiesta de las luces”) implicó el uso y abuso de petardos y fuegos artificiales, al tiempo que se encienden velas y lámparas de aceite.
Aún así, hay que apuntar que se consiguió reducir el número de petardos gracias a un llamamiento previo, en torno a la mitad menos. Pero sirvió de poco, visto lo visto.
Su origen es variado. Una suma de focos que han envuelto a la ciudad en una densa nube tóxica. Por un lado, la mencionada celebración (conocida como “la navidad hindú” o “fiesta de las luces”) implicó el uso y abuso de petardos y fuegos artificiales, al tiempo que se encienden velas y lámparas de aceite.
Aún así, hay que apuntar que se consiguió reducir el número de petardos gracias a un llamamiento previo, en torno a la mitad menos. Pero sirvió de poco, visto lo visto.
Además de la pirotecnia la mala calidad del aire se agravó todavía mas por la quema de cultivos llevada a cabo de forma masiva para deshacerse de la paja sobrante, así como por la construcción y el tráfico rodado.
Por si fuera poco, la bajada de las temperaturas propia de la actual temporada de invierno lleva a mucha gente a quemar basuras para calentarse, provocando un aire las más de las veces altamente tóxico. Con el agravante de que también se usa el carbón para generar electricidad.
Igualmente, en los últimos años la ciudad ha visto cómo la rápida urbanización y las emisiones industriales no cesan de aumentar, con lo que el cóctel tiene muchos ingredientes. O, lo que es lo mismo, a consecuencia de ello afrontar la situación es muy complicado.
Un grave riesgo para la salud
El resultado de tan terrible suma de circunstancias fue una espesa humareda que dificultaba ver, tanto en la calle como incluso dentro de las casas y en los túneles del metro.
Un aire contaminado en extremo, que hizo que un barrio de la capital india (el RK Puram, ubicado en el sur) alcanzara el citado récord de los 1.000 microgramos de partículas finas por metro cúbico de aire.
La situación, posteriormente, no ha cambiado demasiado. Esta semana, por ejemplo, los niveles de estas partículas rondan los 700 microgramos por metro cúbico.
No en vano, este nivel de polución atmosférica provoca un daño similar al que podemos sufrir fumando dos cajetillas de tabaco diarios. Es decir, resulta mucho más perjudicial que en escenarios que nos convierten en fumadores pasivos, con lo que ello puede suponer para grupos vulnerables.
Sobre todo, niños, ancianos, personas alérgicas y con problemas respiratorios, enfermos en general y convalecientes. Tanto por tener problemas para respirar como por tener un sistema inmune debilitado a consecuencia de su corta o avanzada edad o, en el caso de los adultos, de los distintos problemas de salud.
Como es fácil imaginar, las visitas al hospital se multiplicaron por problemas respiratorios o agravamiento de enfermedades y, por su parte, el gobierno aconsejó acudir al hospital a todo aquel que sintiese “falta de aire, mareos, dolor en el pecho, y presión en el pecho”.
Evitar las actividades físicas en el exterior fue otro de los consejos de las autoridades, aunque teniendo en cuenta que no se veía más allá de dos palmos y la gravedad de la polución era puro sentido común hacerlo. Y, sea como fuere, no cabe duda de que la única solución válida es aquella que permita avanzar a largo plazo.
Ana Isan
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