jueves, 23 de julio de 2015

De profesión, agricultor ecológico



La ecología es tendencia, y no se trata de una moda pasajera. La opción de la vida natural ha llegado para quedarse, y las profesiones relacionadas con este nuevo estilo de vida pueden ser una interesante opción laboral. Idealmente, para conjugar compromiso ambiental y forma de vida.

Cuando se dice que lo verde es tendencia no significa solamente que está de moda ser más respetuosos con el entorno y dejar las prácticas de producción más invasivas, que priman la productividad y el beneficio por encima de los tan necesarios valores ambientales. También significa un cambio de paradigma que se traduzca en nuevos puestos de trabajo y en, en suma, en una riqueza económica perfectamente compatible con ese giro ecológico.

En este sentido, la agricultura bio es un campo laboral interesante por el buen momento que vive el sector de la alimentación ecológica e igualmente por la posibilidad que brinda a personas comprometidas con el medio ambiente de poder ganarse la vida aplicando métidos de producción respetuosos con el entorno.

Amor por la naturaleza

Aunque se pueda ser agricultor ecológico sin amar tu trabajo, lo más frecuente es que ame la naturaleza y sea un excelente técnico que conoce su trabajo a nivel técnico a la perfección o, al menos, aspira a hacerlo.



Aún así, también hay que tener en cuenta que los sectores que son sinónimo de negocio atraen a muchos interesados en sacar provecho de la oportunidad económica sin tener vocación alguna. Y, sea como fuere, una formación en agronomía o basada en la experiencia de otros agricultores ecológicos veteranos y vivir la profesión con pasión es fundamental para conseguir los mejores resultados.
¿Qué lo hace diferente?

¿Pero, qué diferencia a un agricultor convencional de un agricultor bio? La misma que pueda haber entre la agricultura más típica y la agricultura ecológica. Básicamente, para iniciarse en este tipo de agricultura, la regla de oro es no utilizar productos químicos de síntesis, utilizar abono orgánico, hacer rotación de cultivos y conseguir un ecosistema en el que la biodiversidad logre su equilibrio.

El objetivo es aprovechar el equilibrio ecológico de la misma naturaleza para ahuyentar o prevenir plagas, cuidando especialmente las especies polinizadoras y utilizando en su favor las malas hierbas para preservar y garantizar esa rica biodiversidad.

Son muchas las prácticas agrícolas que deben implementarse, muchas de ellas innovadoras y también creativas, pues debe conocerse a la perfección en entorno concreto para encontrar soluciones ad hoc, que funcionen en ese lugar concreto. En suma, a nivel normativo se debe respetar la estricta reglamentación de la agricultura ecológica, muy estricta a nivel europeo
Tener sentido comercial

¿Pero, que lo eco viva un boom significa que el agricultor bio obtenga más beneficios? La pregunta es importante, pues al tratarse de un productor de materias primas sus ganancias normalmente están a años luz de lo que luego acaba marcando el precio para el consumidor final.

Por un lado, no puede negarse que las expectativas son muy buenas. El mercado demanda más de lo que se oferta. Tener una alimentación sana, sin pesticidas y fruta fresca de temporada es cada vez más prioritario y, de hecho, la agricultura es uno de los empleos verdes que más está creciendo.

Tampoco puede olvidarse que los consumidores de productos orgánicos a menudo tienen un perfil diferente. Son un tipo de consumidor que valora la calidad gourmet de los productos bio. Por lo tanto, ser agricultor bio puede significar muchas cosas distintas.

El agricultor ecológico habrá de tener una visión clara de su objetivo. Aunque lo suyo es trabajar para obtener el sello ecológico europeo, no siempre es fácil lograrlo, por lo que también existe la opción de vender en mercados locales o en grupos de consumo, un comercio basado en la cercanía y la confianza. Como pequeño empresario o emprendedor, hay un sinfín de posibilidades de orientar y, en fin, rentabilizar el cultivo sin acabar sometiéndose a la tiranía de los intermediarios.

Fuente  Ecología Verde

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