sábado, 31 de enero de 2015

Cinco maneras de utilizar los restos de café en el jardín


Los restos del café y del desayuno en general suelen ser un auténtico tesoro para fertilizar las plantas, ya sean ornamentales o comestibles. Si por un lado las pieles de las frutas son ideales para hacer compostaje, el café no se queda atrás. De hecho, además de poder añadirlo a la pila del compost, admiten otras muchas maneras de convertirse en un abono.

Podríamos decir que el abono es ecológico, y en cierto modo lo sería, pues el uso de los restos del café supone reciclar un alimento, si bien éste habría de ser orgánico para considerarlo realmente ecológico a la hora de abonar un huerto que a su vez fuese orgánico.

Aprovechar los residuos del café

¿Pero, cómo hacerlo? En este post veremos distintas maneras de aprovechar los restos del café para alimentar nuestras plantas o para utilizarlo como pesticida natural, entre otros usos que nos ayuden a practicar una jardinería más sostenible.

Como primera medida, antes de hacer un repaso a los distintos modos de sacarle partido a los residuos del café, conviene tener en cuenta un consejo práctico que es clave para su conservación. Y es que a la hora de almacenar los residuos, ya lo hagamos en una bolsa de plástico o en un envase de cristal, tupper o similares, es fundamental que éstos estén secos, pues de otro modo la humedad puede provocar que se pudran. Sobre todo, si tardamos en utilizarlos.


Otra cosa distinta es sacarles partido echándolos a la pila del compostaje, en cuyo caso podemos añadirlos tal cual, secos o húmedos, teniendo en cuenta que suelen conformarse añadiendo capas de materiales frescos y húmedos que se alternan con otras capas de materiales secos.

Una jardinería más sostenible

Ya sea como fertilizante orgánico mezclado con la tierra, como alimento para las lombrices del compost, para formar compostaje tradicional o como ahuyentador de bichitos del jardín, el café tiene diferentes utilidades en el jardín, entre ellas las cinco siguientes:

1. Enriquece la tierra: Abonar con compost regularmente mezclándolo con la tierra y el mantillo vegetal puede reducir la necesidad de abono convencinoal, e incluso hacerlo innecesario. También es efectivo echar directamente los posos del café alrededor de las plantas, junto con el mantillo, tanto en macetas como en jardines superficies más amplias. El resultado será un fertilizante que funciona como cualquier otro abono orgánico, que no acidifica la tierra en exceso, más bien es algo alcalina.


2. Nitrogenar la tierra Aunque el abono de nitrógeno alude a un elemento químico, a menos así lo es si atendemos a su definición convencional, también es cierto que el café que tomamos deriva de semillas procesadas, con lo que los posos de café son ricos en nitrógeno. Su proporción de en torno al diez por ciento es idónea para enriquecer la tierra con nitrógeno, que será de gran ayuda para el crecimiento de las plantas, su floración y, en caso de tener una huerta, también para sus frutos.

3. Ahuyentar gusanos, caracoles y babosas: No será fácil para una babosa, gusano o caracol desplazarse sobre una superficie de café molido. Resulta efectivo colocarlo formando un círculo alrededor de la planta.


4.Alimentar a las lombrices del compost: Obtendremos un compost más rico si agregamos lombrices y, entre otros nutrientes, las alimentamos con los posos de café. Bastará con añadir un poco cada semana, cuidando no excedernos ni con los residuos del café ni con otros restos que pudieran acifificar el medio.

5. Fertilizante líquido: Mezclarlo con agua y dejarlo reposar durante toda la noche. Obtendremos un fertilizante líquido que podemos aplicar a modo de riego o aplicándolo directamente en tallos y hojas.


Fuente: Ecología Verde

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